Por cuanto la mano de Amalec se levantó contra el trono de Jehová,
Jehová tendrá guerra con Amalec de generación en generación.
Exodo 17:16
La semana pasada compartíamos sobre lo fácil
que es bajar la guardia en nuestro andar con Cristo. A partir de ahí vimos la
importancia de no andar solos. También de comprender que somos un cuerpo y que
cada uno de nosotros tiene su parte en la batalla.
Que Dios llamo a sus hijos a gobernar en la
tierra según los principios del Reino de Dios, los cuales son contrarios a los
principios del mundo. Por citar uno de los más importantes:
“Los reyes de las naciones se
enseñorean de ellas, y los que sobre ellas tienen autoridad son llamados
bienhechores; mas no así vosotros, sino sea el mayor entre vosotros como el más joven,
y el que dirige, como el que sirve. Lucas 22:25-26
El liderazgo no se trata de enseñorearse sobre
los demás, sino de servir a los demás, Jesús lo enseño y también lo vivió, para
dar ejemplo claro de ello, siendo el Hijo de Dios, lavo los pies de sus discípulos
(tarea reservada para el más bajo de los sirvientes de una casa)
Es este uno de los principios del Reino de Dios
que muchos gobernantes no han comprendido. Y como no hay temor de Dios en sus
corazones, no comprenden, hay una eternidad, en la cual todos rendiremos
cuentas ante Dios.
Los últimos acontecimientos nos demuestran
claramente que Dios al igual que en el pasado, puede colocar un gobernante y también
puede removerlo.
“para que conozcan los
vivientes que el Altísimo gobierna el reino de los hombres, y que a quien él
quiere lo da, y constituye sobre él al más bajo de los hombres”
Daniel 4:17b
No me
voy a explayar en esta historia, pero te invito a que leas el Libro de Daniel,
te asombraras al ver cuanta semejanza hay a los tiempos que estamos viviendo
ahora como nación.
La Iglesia es la encargada de hacer que se
cumpla el plan de Dios en la tierra, y eso es lo que nos enseña Daniel 4:17,
Dios decreto bendición sobre Paraguay y se desata cuando sus
santos la declaran, día tras día. Mientras el enemigo, día tras día maldice,
nosotros los hijos de Dios bendecimos y hablamos los decretos de Dios, a eso se
refiere cuando dice el ángel “por dicho de sus santos la resolución” es decir,
el cumplimiento.
“La sentencia es por
decreto de los vigilantes, y por dicho de los santos la resolución” Daniel
4:17ª
Pero que
sucede?: Primero como dijimos, no hemos comprendido que la posición de
autoridad que Dios nos confía es para que sirvamos a los demás.
Hablamos maldición, hablamos lo que nuestros
ojos naturales ven, en lugar de hablar lo que Dios ya decreto para el Paraguay.
No maldigas tu nación, no maldigas a tus gobernantes, para eso ya esta el
diablo, que día y noche nos acusa delante de Dios (ver Apocalipsis 12:10b)
No nos dejemos influenciar por nuestros
sentidos, pues estos nos engañan, minan nuestra fe, nosotros debemos andar por
fe, como mirando al invisible, creyendo sus promesas, declarandolas cada dia.
¿De dónde vienen las
guerras y los pleitos entre vosotros? ¿No es de vuestras pasiones, las cuales
combaten en vuestros miembros? Codiciáis, y no tenéis; matáis y
ardéis de envidia, y no podéis alcanzar; combatís y lucháis, pero no tenéis lo
que deseáis, porque no pedís. Pedís, y no recibís, porque pedís
mal, para gastar en vuestros deleites. Santiago 4:1-3
Aquí encontramos otra razón por la que no hemos
aun nuestra nacion no ha alcanzado ese nivel al que Dios nos llamo, cada uno busca lo suyo
propio, busca escalar, tener más, tener poder, señorear. Mis hermanos, el poder
sin sabiduría, lleva a la perdición.
Nuestro enemigo ya no puede enseñorearse sobre
nosotros, Dios nos da la formula en Santiago 4:7 “Someteos, pues, a
Dios; resistid al diablo, y huirá de vosotros.”
Como nos sometemos a Dios? Sometiendonos a nuestras autoridades.
El principio de sujeción es obediencia, es respeto por el orden establecido
por Dios.
Por eso nosotros en la Iglesia siempre oramos por nuestros gobernantes,
sea quien sea, sea del partido que sea, oramos y les bendecimos y lo seguiremos
haciendo.
Pidiendo también que tengan temor de Dios en sus corazones, y que si hay
pecado en sus vidas se arrepientan, que sean llenos del Espíritu Santo de Dios,
que Cristo habite por fe en sus corazones y marque sus rumbos. Porque Dios así
nos instruye en Su Palabra.
Siguiendo con el principio de Sujeción te invito a leer Efesios 5:21 en
adelante y veras como este principio es tan importante, puesto que comienza en
el mismo seno familiar. La obediencia trae bendición a nuestras vidas. Y cuando
estamos sujetos a toda autoridad, estamos sujetos a Dios, podemos resistir al diablo y el diablo debe huir
de nosotros. Este es un principio muy importante, no lo olvides nunca.
Respetemos a las autoridades, oremos por ellos siempre, aun cuando no
estamos en acuerdo con ellos. Oremos y bendigamos, confiando en que Dios cumplirá
todo su propósito en nuestra nación, que El mismo enderezara las sendas
torcidas.
Porque no es un hombre o un partido político el que levantara el
Paraguay, es Dios que ya esta levantando nuestra nación, nos une como un solo
pueblo, y lo esta haciendo con paz, sin derramamiento de sangre. El poder de un pueblo que ora y clama a
Dios es maravilloso. Paraguay es de Cristo!
Recuerda, el enemigo levanto su mano contra nosotros, Dios mismo tendra guerra contra nuestros enemigos (nuestros enemigos no son las personas, segun nos enseña Efesios 6:12 "Porque no tenemos
lucha contra sangre y carne, sino contra principados, contra potestades,
contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, contra huestes
espirituales de maldad en las regiones celestes" Entonces, entendiendo este principio, que nuestra lucha no es contra las personas, sino contra los sistemas y el engaño que opera. Y Dios declaro que El mismo pelearia nuestras batallas, estemos en pie de guerra, como, orando, clamando a Dios, compartiendo con todos la Palabra de Dios, declarando la Bendicion.
Bienaventurada la nación cuyo Dios es Jehová! Paraguay Dios te ha escogido! (Salmos 33:12)
Dios te levanta y aunque un ejército se
levante contra ti, Paraguay no temas. Porque Dios te ha bendecido y los ojos
del mundo entero están sobre ti, y será cosa grande la que Dios hará contigo.
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