martes, 19 de octubre de 2010

Nuestra Lucha Interior

Desde el preciso instante en que nos convertimos, dentro nuestro empieza a generar una nueva naturaleza; la divina. Pero aún nos queda la carne, resultante de la herencia adámica (de Adán) y dentro de ese cuerpo todavía quedan pasiones desordenadas, que son las concupiscencias que están en la carne.

La concupiscencia va a emerger en todo momento y tenemos que luchar contra ella todos los días, inclusive debemos desconfiar hasta de nosotros mismos. Si tomamos el clásico ejemplo de la discusión entre cónyugues, vemos que surgen pequeñas discusiones por cualquier cosa. Sin embargo, esa pequeña discusión, muchas veces termina en una colosal contienda que deriva en separaciones o divorcios. Allí afloró la carne que fue utilizada por satanás para llevar conflicto y destrucción al hogar.

Debemos discernir lo que es de la carne y como operan los espíritus demoníacos en contra nuestra. Debemos pelear contra nosotros mismos para que satanás no se aproveche, pues la carne nos puede ocasionar muchos problemas. ¿Y cuáles son los frutos de la carne? "Y manifiestan son las obras de la carne que son: adulterio, fornicación, inmundicia, lascivia, idolatría, hechicerías, enemistades, pleitos, celos, iras, contiendas, disensiones, herejías, envidias, homicidios, borracheras, orgías, y cosas semejantes a estas." Gálatas 5:19-21

Qué es lo que hace el maligno? Se aprovecha de nosotros cuando se manifiesta esa área débil. Por ejemplo el enojo. Con relación a esta actitud, les relato un testimonio que me sucedió el día de un retiro; me había enojado por una serie de situaciones, de pronto irrumpió mi carne y sabía que iba a terminar mal conmigo mismo. Me enojé tanto hasta el punto de no poder controlarme. Estaba cansado, venía manejando en medio de un terrible tráfico, pero todo lo sucedido no servía de excusa, porque el diablo estaba atento a mis reacciones y dispuesto a destruirme.

Dios me mostró que aún tenía que trabajar en esas áreas de mi vida.. De inmediato me arrepentí, pedí perdón a las personas que se hallaban en ese Encuentro y vino la calma a mi corazón, "no dí lugar al diablo" y el poder del Señor se manifestó grandemente en el momento de la ministración.

2 comentarios:

  1. Gracias pastor....es bueno contar con su testimonio y lo mejor es llevarlo ala practica por mas de que cuestcuenta

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  2. QUE BENDICIÓN SUPREMA PODER COMPARTIR SU TESTIMONIO PASTOR CADA DIA DIOS NOS SORPRENDE MAS RESPECTO A USTED SU LIBRO ES DE MUCHAS BENDICIONES PARA TODAS LAS PERSONAS EN CUYAS MANOS LA HE DEPOSITADO, EL SEÑOR LO SIGA USANDO PARA SU REINO DIA A DIA

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